Morrigan es la diosa celta de la muerte y la aniquilación. Su figura, terrible y etérea, se pierde en la noche de los tiempos. Mucho antes de que los hombres aprendiesen a rezar a Dios, rezaban a Morrigan. Los nombres de Morrigan son muchos, y muchas las variantes a medida que retrocedemos en el tiempo: Morrigan, Morrigu, Mór-Ríoghain, Māra Rīganī, Carrie, Carrigan, todas derivan de la raíz indoeuropea Mor, que denota terror o algo monstruoso (también puede significar: agua primordial, o mar, ambos, elementos monstruosos), y que en inglés antiguo derivó en Mare (Nightmare), y Rígain, que normalmente se traduce como Reina. De modo que Morrigan significa algo bastante similar a su epíteto: La Reina Espectral, La Reina Fantasma, y también Gran Reina. Si intentásemos reconstruir la palabra Morrigan en proto-céltico tendríamos algo así Mororigani, literalmente, Reina Fantasmal.
Aquellos que estén embebidos del ciclo artúrico pueden advertir a Morrigain en la terrible media hermana del rey Arturo, Morgana, cuya malicia y parentezco con las hadas dan cuenta de su pasado sobrenatural, y, por lo tanto, mitológico. Suele ser representada con todos los atavíos de la guerra, y de hecho era normal que los celtascreyeran que la vieja Morrigan siempre se presentaba en el campo de batalla, ya sea bajo la forma de un cuervo extraordinariamente grande, o bien como un viento gélido que precede el derramamiento de sangre. Cuando estas ráfagas eran prolongadas, se aludía a Morrigan en su forma plural, Morrígna.
Pero Morrigan no era sólo una diosa de la guerra, sino también una diosa de la fertilidad. De hecho, en muchas ocasiones se la describe como una Diosa Triple (Madre, hija y amante). Cuando es vista en cualquiera de estas variantes adquiere los nombres de Badb, Macha y Nemain. La fuente literaria más antigua en donde encontramos a Morrigan son algunas glosas y glosarios en latín. En una traducción del siglo IX del Libro de Isaías encontramos la palabra Lamia como traducción de Lilith, y, acto seguido, el traductor nos aclara que Lilith es un monstruo de forma femenina, una morrígan. En el Glosario de Cormac (Cormac's Glossary), del mismo siglo, se traduce la palabra gudemain (espectros o fantasmas) por el plural Morrígna.
El Ciclo de Ulster es la primera fuente narrativa que poseemos sobre Morrigan, donde la madre de las hadas mantiene una relación ambigua con el héroe Cuchulain, quien conoce la naturaleza ambigua de su amante y se niega satisfacer sus deseos. Sabiendo que que él pronto morirá en la guerra, ella le susurra estas enigmáticas palabras: I guard your death. Más adelante, cuando la reina Medb de Connacht lanza un ataque contra Ulster, Morrigan adquiere su forma más terrible. Al igual que Alecto, la Furia griega, toma la forma de un ave descomunal; y cuando Cuchulain, desesperado, defiende el reino desafiando a todo el ejército enemigo a una serie de combates singulares, Morrigan lo asiste vestida como una mujer de facciones terribles, aunque el héroe, altanero, se rehúsa a luchar indígnamente, esto es, utilizando la magia antigua.
Pero el pasado mítico de Morrigan es demasiado prolífico para limitarse a un sólo ciclo. Se la puede apreciar como una de las hijas de Emma, una de las bellísimas Tuatha de Danann, participando en la batalla de Mag Tured, y en incontables episodios y crónicas de los días antiguos. De ella provienen las banshees y toda la corte de hadas que pululan por la mitología celta, reducidas a simples entidades lumínicas dedicadas al abono de flores y pequeñas tropelías, pero que ocultan un pasado ominoso, un eco antiquísimo en el que las mujeres podían ser Dios, y, como tal, actuar sobre el mundo de los hombres bajo distintos rostros, algunos terribles, otros delicados y llenos de ternura, y todos saturados por el espíritu ambiguo y pluriforme de la naturaleza: madre y tumba de todos los que caminan sobre la tierra.
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