Sin lugar a dudas Juego de Tronos (Game of Thrones) ha sido una de las series de televisión mas exitosas de los últimos tiempos, después de ocho (8) temporadas e innumerables premios la serie sigue siendo tema de interés, platica y estudio alrededor del mundo, ya que marco pauta en esta generación. Inspirada en la serie de novelas "Canción de hielo y fuego" escrita por George R. R. Martin, la serie no escapa de tener ciertas referencias a hechos, lugares y personajes históricos a fin de crear sus propios mundos imaginarios, obra en la que tomar ideas prestadas de la Europa Medieval parece algo casi inevitable. Mientras que los dragones, muertos vivientes y poderes mágicos que aparecen en los libros y la serie son solo ideas sobrenaturales en nuestro mundo, abundan los paralelismos históricos en muchos de sus personajes y acontecimientos, y un punto que en lo particular llamo mucho la atención a su servidor fue las dos religiones allí presentes, pero que para el caso en particular que nos atañe solo analizaremos la de los antiguos dioses.
La antigua religión es un elemento de Juego de Tronos con base histórica. La historia cuenta que Poniente (el continente donde transcurren la mayor parte de las acciones) fue habitado originariamente por una especie no humana, los Niños del Bosque, que adoraban a los Dioses Antiguos, una forma de adoración panteísta a la naturaleza en la cual varias deidades son responsables del mundo cósmico y natural. Se trata de una religión con pocas reglas formales, que no tiene capillas ni templos. Su único lugar sagrado es el bosque Godswood, que contiene el árbol Weirwood y se constituye como su lugar de reverencia. Poco después de los Niños del Bosque, llegaron al lugar los primeros hombres que formaron la Casa Stark y la gente del norte. Ellos, en lugar de presentar nuevos dioses, aceptaron y adoraron a los existentes.
De manera parecida, los antiguos Celtas de Europa creían que sus dioses habitaban los bosques, lagos y montañas, y que ciertos animales podían transmitir mensajes procedentes de los dioses. La religión de los antiguos celtas otorgó cualidades sagradas a distintos elementos de la naturaleza, especialmente a los árboles. Al igual que sucedía en los bosques de Poniente, donde los primeros hombres tallaban imágenes en madera y se rendían ante ellas, hay registros de que los pueblos celtas tenían rituales similares durante la Edad de Hierro. Para los primeros celtas algunos árboles eran considerados sagrados. La importancia de los árboles en la religión celta es mostrada por el hecho de que muchos nombres de la tribu Eburonian contienen alguna referencia al árbol del tejo, mientras que nombres como Mac Cuilinn (hijo del acebo) y Mac Ibar (hijo del tejo) aparecen en los mitos irlandeses.
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