El pueblo celta, uno las más grandes y guerreras poblaciones de Europa, provino, según algunos escritos, de Asia y otros de la zona de Grecia. Los celtas amaban la cultura y por cuestiones de defensa llegaron a crear un arte en la guerra. Se manejaban mediante clanes, cimentando matrimonios entre ellos para crear grupos leales a un mismo señor, como ocurrió en Escocia. De los vikingos aprendieron también a navegar, a moverse y a defender su territorio.
A partir del 800 a.C. aproximadamente, empiezan a penetrar en la Península Ibérica grupos indoeuropeos, comúnmente llamados Celtas, procedentes del centro de Europa. Llegaron a la Península antes que los griegos y, en contacto con los íberos, desarrollaron una original fusión cultural. Los celtas fueron los grandes maestros del metal de la antigüedad, y eso se reflejaba como no en sus armas de gran calidad. Los romanos adoptaron de ellos un montón de armas, desde los cascos galos a la espada celtibera y la cota de malla. Los últimos vestigios de pueblos Celtas de la cultura de Hallstatt se asentaron en el centro de la Península Ibérica así como en Galicia, León y Asturias. Solían utilizar las espadas cortas, los puñales de herradura y las espadas de antenas. Los celtas fueron los grandes maestros del metal de la antigüedad, y eso se reflejaba como no en sus armas de gran calidad. Los romanos adoptaron de ellos un montón de armas, desde los cascos galos a la espada celtibera y la cota de malla.
Los últimos vestigios de pueblos Celtas de la cultura de Hallstatt se asentaron en el centro de la Península Ibérica así como en Galicia, León y Asturias. Solían utilizar las espadas cortas, los puñales de herradura y las espadas de antenas.
Túmulos.- En este período de la Edad de Bronce las estadas se hacían en Bronce y eran cortas. Solían ser triangulares y se decoraban con las espirales Celtas.
Edad de Hierro, primer período.- Espadas de hierro con espiga y vaina en bronce.
Edad de Hierro, segundo período.- Vaina de la espada sin manilla, sólo un reborde adherido al cuerpo de ésta.
Edad de Hierro, tercer período.- Se incorpora un traveseño de hierro a las vainas. La punta de la hoja es más redondeada.
Las espadas celtas de la edad del hierro eran bastante largas en contraste con el reducido tamaño de las espadas de la edad del Bronce. En su lucha con los romanos los historiadores de la época como Polibio describen la fragilidad de las espadas celtas en combate “las espadas de los guerreros celtas se torcian o plegaban y que debían enderezarlas con el pie, lo que se debía a que el hierro estaba mal templado, siendo ésta la única desventaja que tenían estas armas.”
En las espadas celtas de la Téne, población situada junto al lago de Neuchätel en Suiza, abundan los adornos cincelados en las vainas. En su decoración predominan las espirales geométricas, los círculos, etc. Las armas eran objetos casi sagrados para los antiguos celtas y por eso mostraban hacia ellas un cuidado especial. En los yacimientos arqueológicos se han hallado dos tipos: las pensadas exclusivamente al campo de batalla, más sobrias y funcionales, y aquellas destinadas a usos ceremoniales, mucho más elaboradas (como la vaina del puñal de Pintia). Encontramos armaduras, escudos o arneses para las cabalgaduras en los que proliferan los motivos típicos de la decoración celta, pero donde los artesanos mostraron su mayor creatividad fue en las empuñaduras del arma por excelencia: la espada. Las grandes empuñaduras que requerían las enormes hojas eran el lugar en el que se aplicaban piedras preciosas, marfiles o esmaltes, y tanto estas espadas como los cascos podían adornarse además con originales figuras humanas o cabezas de animales.
Créditos: 3djuegos.com
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